Las fiestas desde que Mª del Carmen está enferma no me gustan. El mes de diciembre tiene más de la cuenta por el seis, día de la Constitución y el ocho la Inmaculada además de la navidad que ese año se celebra un lunes. Además, enero también tiene dos Año Nuevo y Reyes. A parte del gasto que supone para comidas y regalos hay que contar el dinero extra que se necesita para las cuidadoras ya que desde que nos quitaron los servicios de los domingos y festivos hay que pagarlas a parte. Los festivos no entran en el sueldo de Mª Eugania lo que supone un gasto extra, lo mismo pasa con Ivoni que reemplaza al servicio que antes prestaba ASISPA. Por otra parte celebrar fiestas sin movernos de casa y sin que ella sea consciente de lo que celebramos me llena de tristeza. ¿Para qué celebrar? La única fiesta que tiene algún sentido es Reyes, ellos están con nosotros, eso da más sentido a la fiesta que además va acompañada de los regalos que quieras o no añaden un plus de ilusión. La misma comida tiene un sentido especial porque ellos y en especial Esteban son más conscientes de la celebración, además se come el roscón de sus Majestades y eso completa la jornada festiva. No tengo más remedio que celebrar las fiestas en esos meses pero insisto que las celebro sin demasiado interés porque me gusta muy poco que haya festivos durante el año.
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