lunes, 26 de diciembre de 2016

Fiestas para regalar

Las fiestas navideñas se prestan para hacer regalos a la familia y a personas conocidas como agradecimiento por los servicios prestados a lo largo del año que acaba. Con la excusa de Papá Noel, Año nuevo y Reyes la gente gasta bastante dinero en regalos, las empresas, esos últimos años menos, regalan a los empleados cestas de navidad y otros regalos, los niños pequeños piden juguetes esperando conseguirlos sin saber que al final los padres tienen que comprarlos, los mismos adultos se regalan unos a otros, las tiendas y los grandes almacenes saben atraer a los clientes con ofertas de juguetes y regalos atractivos para todos los gustos. Las cadenas de televisión publicitan todo tipo de obsequios que naturalmente Papá Noel, los Reyes y en Cataluya el Tió, que son muy generosos, traerán a niños, jóvenes y adultos. También hay regalos solidarios para niños de países pobres o en guerras más o menos declaradas, es un buen momento para demostrar solidaridad con las personas y lugares pobres de la tierra. Hay que ajustar el presupuesto, pensar bien a quienes regalar para evitar gastos exagerados. Son fiestas que desde siempre han sido y son propicias para gastar en regalos que más de una vez no son necesarios y al final quedan "aburridos" en algún cajón de los armarios del piso. Este año he comprado dos tipos de regalos, a las personas que de alguna forma me ayudan a cuidar a Mª del Carmen les he hecho un regalo dependiendo de si es señora o caballero, los otros regalos serán para el día de Reyes después de la comida cuando se abran
los paquetes llegados de Francia y los comprados en Madrid. Son tradiciones que al paso de los años perduran, se puede afirmar que las fechas navideñas son propias y especiales para regalar a conocidos y familiares, especialmente a los niños/as que todavía creen que los Reyes de Oriente y Papá Noel son personajes de carne y huesos.

martes, 6 de diciembre de 2016

¿celebrar qué?

Los días festivos en la situación actual en la familia ya no tienen ningún sentido debido a que Mª del Carmen no sabe lo que celebra, da igual que sea su cumpleaños, navidad, la Inmaculada, Año nuevo o reyes para poner los festivos más significativos. Los Centros de Día están cerrados, ella tiene que estar todo el día en casa salvo que salgamos un poco si hace buen tiempo y no hace frío en invierno, la cuidadora tiene que estar más horas lo que supone gastar más, se le tienen que pagar las horas extra más la noche que al ser festivo tiene un precio diferente.Siempre me ha gustado celebrar las fiestas pero ahora no me gustan, más bien me entristecen a causa de que las celebraciones pierden el sentido principal, saber lo que se celebra. Además de tener que estar en casa pendiente de Mª del Carmen sin gran cosa que hacer no podemos viajar, salir a dar un vuelta, tomar un aperitivo, sentarse en una terraza de un bar como hacíamos antes, incluso los dos primeros años de su enfermedad, no podemos ir a la sierra por las dificultades que conlleva trasladarla,  la estancia allí se convierte en una preocupación constante ya que siempre hay que acompañarla a todas partes además de que le está costando subir y bajar escaleras. Las fiestas y las celebraciones cada vez me gustan menos por lo que digo a los amigos y conocidos que las "odio" aun que no es exactamente así, En casa la fiestas se siguen celebrando tanto si estamos solos como acompañados, la estancia unos días de Juanan, Sandrine y Esteban las hacen más dinámicas, entretenidas y agradables, tienen un matiz diferente
debido a que están ellos, los demás sabemos lo que celebramos aunque Mª del Carmen no lo sepa, tiene más sentido cuando estamos acompañados por la familia o por amigos que cuando estamos ella, yo y la cuidadora. Pensar que en noche vieja a las doce de la noche cuando suenan las campanadas estoy solo celebrando año nuevo no deja de ser algo sin demasiado sentido aun que al poco recibo alguna llamada de felicitación.